Nació para guardar documentos, después la ropa de casa y, por último, la de vestir.
Su sitio primitivo fue el dormitorio, pero hoy ha traspasado sus paredes y sale al salón, a la cocina o al baño.
Por su fuerte carácter, se ha convertido en uno de los muebles emblemáticos de la casa rústica.
Los primeros muebles que se conocen como armarios datan del siglo XII. Se trataba de dos arcas superpuestas con puertas frontales, o un arca colocada en vertical, y su uso era exclusivamente de tipo religioso. Durante los siglos XVI y XVII nace el armario doméstico como tal, con funciones de conservar objetos, libros y documentos, pues las prendas de vestir siguen guardándose en arcones. Se colocan en salones, entradas y bibliotecas y se desarrollan con un gran despliegue arquitectónico. En los frentes se reproducen fachadas monumentales, pilastras con capiteles, cariátides y copetes como dinteles. No es hasta casi mediados del siglo XIX cuando en realidad aparece el armario ropero, con barra para los vestidos, tal y como lo conocemos actualmente. Es también en esta época cuando cambia de ubicación y pasa a ocupar un lugar preponderante en el dormitorio.
Así le sacarás el máximo partido :
* Ahora puedes darles nuevos usos, y colocarlos en cualquier lugar de la casa.
* Quedan preciosos en el recibidor, o en el salón, y ademas serán muy útiles para guardar ropa blanca o todo tipo de enseres domésticos. En el comedor pueden hacer el papel de una alacena, en la cocina mantendrán el menaje y la cacharrería a buen recaudo, y en el baño son perfectos para guardar toallas. Y por su puesto siguen siendo bellísimos en el dormitorio.
Extraído de la Revista "Casa & Campo (extra 87); Restaura tus Muebles.". Pag. N ° 35 y 36.
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